Introducción 

El proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible (CAS), aprobado en 2023 por el Fondo Verde para el Clima (GCF), tiene como propósito transformar los sistemas agropecuarios del país hacia modelos sostenibles, resilientes y climáticamente inteligentes. Durante sus primeros nueve meses de ejecución, el proyecto ha logrado avances sustantivos en innovación tecnológica, generación de evidencia científica, fortalecimiento de capacidades locales y transferencia de conocimiento. La articulación interinstitucional y territorial ha permitido consolidar una arquitectura operativa robusta, con resultados verificables en campo y una orientación estratégica hacia la acción climática.

El liderazgo estratégico está a cargo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), en articulación con el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP). El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), como entidad acreditada ante el GCF, gestiona los recursos internacionales.

Participación institucional 

La implementación del proyecto ha contado con la participación de 14 instituciones, cada una aportando capacidades técnicas, científicas y de intervención territorial. La Alianza Bioversity-CIAT ha liderado la coordinación científica del proyecto, con énfasis en modelación agroclimática, monitoreo de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), desarrollo de innovaciones de propagación in vitro y plataformas digitales.

AGROSAVIA ha desempeñado un rol técnico en procesos de investigación aplicada, evaluación de materiales y modelación agroclimática en cultivos estratégicos como maíz, papa, caña panelera, café, plátano, banano y ganadería. Su trabajo ha incluido el diseño y ejecución de ensayos experimentales bajo condiciones contrastantes, la validación de materiales promisorios adaptados al cambio climático, la instalación de estaciones meteorológicas y el desarrollo de protocolos para la evaluación de prácticas sostenibles en campo. Además, ha contribuido al fortalecimiento de capacidades locales mediante jornadas de capacitación, generación de información agroambiental y la articulación con productores, gremios y plataformas digitales, consolidando así una base técnica para el escalamiento nacional de tecnologías resilientes.

CENICAFÉ y la FNC han concentrado su trabajo en la puesta a punto en sistemas de propagación de híbridos de café, gestión de residuos orgánicos, servicios climáticos, uso eficiente del agua y mitigación de GEI. Por su parte, CENICAÑA y ASOCAÑA han implementado acciones de restauración ecológica en los paisajes del valle del río Cauca, así como procesos de modelación agroclimática, monitoreo digital, uso eficiente del agua y medición de GEI. FEDEARROZ ha instalado parcelas piloto para la medición de GEI y ha promovido la adopción de tecnologías sostenibles en arroz, además ha implementado ensayos experimentales para la modelación agroclimática y el desarrollo de servicios climáticos y agricultura digital. FENALCE ha avanzado en la evaluación de híbridos de maíz tolerantes a estrés hídrico y ha implementado ensayos experimentales para la modelación agroclimática y el desarrollo de servicios climáticos y ha establecido protocolos para el uso de herramientas de agricultura digital. FEDEPANELA ha priorizado la agricultura digital, el uso de servicios climáticos, el acompañamiento técnico a trapiches y asociaciones paneleras, la medición de GEI y el uso eficiente del agua.

FEDEPAPA ha liderado actividades de medición de GEI, modelación agroclimática y prácticas agronómicas en parcelas de papa. FEDEGÁN ha implementado prácticas de ganadería sostenible en sistemas productivos de tres (3) regiones del país (heterogéneas en características y orientación productiva), además de instalar estaciones meteorológicas y validar especies forrajeras resilientes al cambio climático. A su vez, en articulación con CIPAV, se han establecido fincas pilotos donde se están evaluando estrategias de ganadería sostenible como la implementación de sistemas silvopastoriles y la evaluación de especies forrajeras adaptadas al cambio climático, evaluando prácticas que sean escalables a las regiones establecidas. ASBAMA y AUGURA han enfocado sus esfuerzos en los sistemas productivos de banano y plátano, con estrategias de sostenibilidad territorial, validación tecnológica, servicios climáticos y monitoreo ambiental. AUGURA también se ha enfocado en el uso de la diversidad de musáceas y de microorganismos para la resiliencia frente a estrés hídrico. ASOHOFRUCOL ha trabajado en plataformas digitales de trazabilidad, agricultura de precisión con prácticas encaminadas a la sostenibilidad ambiental bajo el modelo denominado “Agricultura tropical” y fortalecimiento organizativo organizacional. Finalmente, el CIMMYT ha contribuido mediante el desarrollo de la plataforma digital e-Agrology, en el mejoramiento genético del cultivo de maíz conjuntamente con Agrosavia y Fenalce en el diseño de redes de innovación para el escalamiento de tecnologías climáticamente inteligentes.

Cobertura territorial

El proyecto ha alcanzado una cobertura territorial sin precedentes en iniciativas de agricultura climáticamente inteligente en Colombia, con presencia efectiva en 22 departamentos y 213 municipios. Las acciones se han implementado en sistemas productivos estratégicos como arroz (Meta, Casanare, Huila, Tolima, Córdoba, Norte de Santander), maíz (Córdoba, Cesar, Meta, Valle del Cauca, Tolima), papa (Boyacá, Cundinamarca, Nariño), caña panelera (Antioquia, Cundinamarca, Santander, Boyacá, Huila y Valle del Cauca), café (Caldas, Risaralda, Quindío, Cauca, Nariño), plátano y banano (Magdalena, La Guajira, Cesar, Antioquia), caña de azúcar (Valle del Cauca), y ganadería (Meta, Caquetá, Sucre, Arauca, Córdoba Antioquia, Santander y Nariño).

Componente 1. Agricultura digital y servicios climáticos

Este componente tiene como objetivo central la modernización del sector agropecuario colombiano mediante el desarrollo y mejora e integración de herramientas digitales que apoyen la toma de decisiones en campo y a nivel institucional. Dicha arquitectura articula soluciones existentes y nuevos desarrollos tecnológicos, promoviendo una gestión más eficiente del riesgo agroclimático, el uso sostenible de los recursos y una toma de decisiones más informada en los sistemas productivos priorizados en el proyecto.

Entre los sistemas y herramientas que se contemplan dentro del ecosistema digital están: AClimate (asesoría agroclimática), DataLake (repositorio de datos climáticos y productivos), Melisa (chatbot para consulta de información agroclimática), Dr. Agro (aplicación para recomendaciones a productores), e-Agrology (sistema de agricultura digital en focado en cereales), Smart Cultivo (seguimiento productivo), AClimate AD (sistema de agricultura digital para diferentes sistemas productivos), además de Agroclima, Va a llover, SIPA, MAPA, IRAKA, Tumaini y sistema AMTEC. Un elemento clave de este ecosistema es la interoperabilidad entre estos sistemas, que permite el intercambio fluido de datos, la complementariedad entre herramientas y la generación de servicios integrados orientados a mejorar la toma de decisiones, optimizar procesos y responder de manera más efectiva a las necesidades de los diferentes actores del sector agropecuario. Por ejemplo, en el caso de FENALCE, ya se cuenta con la herramienta FENALCHECK por regiones, que prioriza prácticas agronómicas que más influyen sobre el rendimiento del cultivo de maíz, y con la formulación y estructuración del sistema ExPerto como Sistema Nacional de Extensión en Cereales, Leguminosas y Soya, incluyendo su estructura a nivel nacional (HUBS: Caribe, Valles Interandinos, Orinoquia, Región Cafetera, Región AltoAndina).

La integración, procesamiento y análisis de datos agroclimáticos en este ecosistema de plataformas comienza por incorporar información de aproximadamente 4.000 estaciones que registran precipitación, 500 temperatura, y 300 brillo solar   provenientes del IDEAM y decenas de estaciones adicionales operadas por socios como FEDEARROZ, CENICAÑA, CENICAFÉ, ASBAMA, Alianza Bioversity CIAT y AGROSAVIA. Estos dispositivos recopilan información con frecuencias horarias sobre variables críticas como temperatura, precipitación, humedad relativa, radiación solar, velocidad y dirección del viento. Además, se usa la información complementaria de productos satelitales.

Adicionalmente, los sistemas integran datos satelitales de sensores MODIS, Sentinel y Landsat, con resolución espacial desde 10 hasta 250 metros y frecuencias temporales de 5 a 16 días, lo cual permite hacer seguimiento a dinámicas de cobertura, índice de vegetación, temperatura superficial y estrés hídrico a escala regional. Todos estos datos alimentan plataformas interoperables como SIPA (Fedepanela), e-Agrology (CIMMYT), AClimate (CIAT) y Meteoportal, las cuales se conectan a repositorios de datos estructurados, modelos de simulación de cultivos (como DSSAT, ORYZA y AquaCrop) y sistemas de análisis basados en inteligencia artificial para detección de anomalías, simulación de escenarios y generación de recomendaciones sitio-específicas.

En conjunto, el ecosistema digital del CAS gestionará millones de datos que serán procesados para generar productos y servicios climáticos como mapas de riesgo, alertas tempranas y predicciones de rendimiento para cultivos priorizados que también fortalecerán los boletines agroclimáticos. Esta infraestructura analítica multifuente y multiescala representa uno de los mayores esfuerzos de ciencia de datos aplicados al agro en América Latina, y constituye la base técnica para escalar servicios climáticos de alta resolución, adaptados a las condiciones agroecológicas y socioproductivas del país. Resaltando el fortalecimiento de capacidades de los gremios, por ejemplo, el ganadero, donde se diseñó la arquitectura de una plataforma que permita a productores y profesionales del sector tomar decisiones en base a información climática, modelación edafoclimática, simulación de la productividad (leche, carne y cría) bajo escenarios propios de la actividad en cada región y un chatbot para la asistencia remota.

Este trabajo se complementa con la ampliación de la toma de datos en campo. Se han instalado 35 estaciones agroclimáticas en departamentos clave como Cesar, Córdoba, Meta, Tolima, Valle del Cauca, Antioquia, Magdalena, Risaralda, Nariño, Sucre, Caquetá, Boyacá, Cundinamarca, Arauca, Santander y Norte de Santander. Estas estaciones permiten el monitoreo en tiempo real de variables climáticas, facilitando la toma de decisiones informadas en el campo, y están integradas a plataformas como FieldClimate, Meteoportal y SIPA, que permiten recopilar datos meteorológicos, edáficos y fisiológicos con alta resolución temporal.

El proyecto también dotó a los equipos técnicos con drones y cámaras multiespectrales, servidores físicos y en la nube, portátiles de alto rendimiento, espectrofotómetros, kits para análisis de suelos y estaciones automáticas de riego y captura de datos. Las plataformas digitales asociadas —como e-Agrology, SIRIA, SIPA, Aclimate y sistemas propios de los gremios— permiten integrar estos datos con herramientas de apoyo a la toma de decisiones, mejorando la trazabilidad, predicción y eficiencia productiva.

El proyecto ha robustecido las capacidades de monitoreo climático mediante la adquisición e instalación de sensores de viento, humedad de hoja y pluviómetros de alta resolución. Equipos como los sistemas iMETOS y sensores mecánicos de velocidad del viento fueron desplegados en cultivos como banano, caña y arroz, permitiendo una captura continua y precisa de datos ambientales. Estas herramientas, acompañadas de plataformas como µMetos y servicios de imágenes satelitales, han sido clave para fortalecer los modelos predictivos de enfermedades y fenómenos climáticos extremos, mejorando la gestión del riesgo y la toma de decisiones agronómicas.

La adquisición de drones de última generación, como el DJI Matrice 350 RTK y el Mavic 3 Multiespectral, acompañados de cámaras multiespectrales RedEdge-P y sensores de luz descendente, ha consolidado las capacidades en agricultura de precisión en cultivos como caña, banano, papa y caña panelera. Estas herramientas permiten realizar análisis detallados del estado del cultivo, estrés hídrico y vigor vegetativo. La capacidad de capturar imágenes georreferenciadas y de alta resolución mejora sustancialmente la eficiencia en la planificación de labores agrícolas, evaluación de ensayos y desarrollo de protocolos de clasificación productiva.

Una parte esencial del fortalecimiento ha sido la dotación en capacidades informáticas, con la compra de computadores de alto rendimiento (como el Biomega con 4 TB de RAM), servidores físicos con almacenamiento de hasta 100 TB, software especializado (como Matlab), y soluciones en la nube. Estos recursos facilitan el procesamiento de grandes volúmenes de datos agrícolas y climáticos, habilitando la operación de plataformas digitales. Además, se han desarrollado soluciones específicas como el Sucrologger, un sistema multiparamétrico para monitoreo agronómico. Esta capacidad analítica integrada con plataformas digitales ha elevado la eficiencia, trazabilidad y predictibilidad en los sistemas productivos.

Para este componente, se han establecido más de 100 parcelas experimentales que permiten la calibración de modelos como DSSAT para maíz y papa y ORYZA en arroz, y avances en otros cultivos como plátano. La agricultura digital ha sido un eje transversal, con el desarrollo de aplicaciones móviles, bancos de imágenes, sensores conectados a redes LoRaWAN, sistemas de inteligencia artificial para diagnóstico fitosanitario y plataformas de trazabilidad en cultivos transitorios y permanentes. Los servicios climáticos se han fortalecido mediante el apoyo al funcionamiento de seis Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTAs), la emisión periódica de boletines agroclimáticos y la capacitación de técnicos y productores en el uso de herramientas de predicción climática.

Componente 2. Mejoramiento genético y manejo de cultivos 

Este componente identifica, valida y promueve tecnologías agronómicas y genéticas orientadas a aumentar la resiliencia climática, mejorar la productividad sostenible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Mejoramiento genético: Se evaluaron más de 80 híbridos de maíz y 24 variedades de polinización abierta. FENALCE lideró los ensayos con híbridos para productores comerciales; AGROSAVIA validó variedades para pequeños productores con fines de seguridad alimentaria; ; y CIMMYT desarrolló nuevos híbridos, variedades y líneas parentales desde su plataforma en Palmira (CIAT) y brindó acompañamiento técnico a profesionales vinculados al proyecto de las instituciones socias (Agrosavia y Fenalce). El proyecto ha impulsado significativamente las capacidades de fenotipado a nivel experimental. Se adquirieron sensores, controladores, motores, ventiladores, manifold, rotámetros e insumos como plásticos especializados, junto con infraestructura como tanques para GLP y estructuras de invernaderos, para construir plataformas de fenotipado avanzadas. Estas infraestructuras se instalaron en Palmira (Valle del Cauca) y Saldaña (Tolima), donde se levantaron invernaderos destinados a evaluar el comportamiento del germoplasma de arroz bajo condiciones de altas temperaturas nocturnas, simulando escenarios de estrés térmico derivados del cambio climático. En Palmira, se implementó también el sistema FACE (Free-Air CO₂ Enrichment), que permite estudiar el impacto de elevadas concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) sobre el rendimiento y fisiología de los cultivos. Además, se cuenta con el montaje de fitotrones, unidades altamente controladas que reproducen condiciones ambientales específicas para ensayos precisos. En paralelo, en el cultivo de caña de azúcar se fortalecieron las capacidades de análisis molecular mediante servicios de secuenciación de ADN, lo que complementa la caracterización fenotípica con un enfoque genómico, ampliando así las posibilidades de investigación y desarrollo de materiales más resilientes; en caña panelera se establecieron cuatro semilleros con variedades que tienen potencial de adaptación al Cambio climático.

En cuanto a las condiciones experimentales, se caracterizaron 64 genotipos genéticamente diversos, provenientes de los programas de mejoramiento de la Alianza BioversityCIAT y Fedearroz, bajo condiciones específicas de estrés abiótico y biótico en Palmira (altas temperaturas nocturnas, baja radiación y enriquecimiento con CO₂ (FACE)) y en Saldaña (baja radiación y evaluación frente a Burkholderia glumae). Se identificaron genotipos con potencial de adaptación al cambio climático y que evidenciaron menores pérdidas de rendimiento bajo condiciones estresantes, como N22, Moroberekan y Kinandang, que mostraron mayor tolerancia a las altas temperaturas nocturnas; CT16329-CA, CHANG CH y CT16330(1)-CA en Palmira, así como FL FED ITAGUA y ZALCHA en Saldaña, en condiciones de baja radiación. Por su parte, los genotipos CT9993-5, UPLRI7 y PCT 25 C1 destacaron por su mejor respuesta adaptativa al enriquecimiento con CO₂.

Forrajes adaptados al cambio climático: Se evaluaron más de 20 especies forrajeras en San Onofre (Sucre) y Guachucal (Nariño), incluyendo gramíneas y leguminosas herbáceas y arbustivas, con enfoque en su adaptabilidad a condiciones agroclimáticas contrastantes. Los ensayos midieron adaptación local, productividad, calidad nutricional, potencial metanogénico, capacidad de rebrote y potencial para integración en sistemas silvopastoriles. El uso de herramientas metodológicas rigurosas, combinada con investigación acción participativa, fortaleció el trabajo con productores locales e impulsó la formación e inclusión de jóvenes rurales, generando capacidades para la replicabilidad y sostenibilidad de los resultados.

Musáceas y nuevos materiales genéticos: Se introdujeron 6 accesiones de banano y plátano desde el banco de germoplasma de la Alianza Bioversity –CIAT (ITC-Bélgica), actualmente bajo custodia de AGROSAVIA para multiplicación y futura evaluación agronómica en campo con AUGURA y la Alianza. Este proceso permitirá seleccionar materiales más resilientes al estrés hídrico y plantear estrategias de manejo del estrés en campo. Adicionalmente, con AUGURA, se iniciaron las actividades para la caracterización de microorganismos de suelo en busca de mejorar el uso eficiente de los fertilizantes y fortalecer las plantas en condiciones de estrés hídrico, con lo cual se avanzó en la adquisición de tres bioreactores para el escalamiento de los microorganismos seleccionados luego del proceso de aislamiento y caracterización.

Tecnologías de propagación vegetal: Se avanzó en el uso de biorreactores RITA en Cenicafé para la propagación de híbridos por la ruta de la embriogénesis somática y Twin-Flask en Cenicaña para la propagación por yemas múltiples de nuevas variedades promisorias de caña de azúcar. Estos sistemas automatizados con controles precisos en de temperatura, luz y nutrientes en el medio de cultivo mejoran la l tasa de propagación y/o conversión según la especie tratada. En papa, Agrosavia avanzó en los protocolos de termoterapia para dos variedades, endurecimiento y producción de plántulas buscando optimizar la producción de semilla prebásica. Se seleccionaron 9 organizaciones de Boyacá, Tolima y Nariño para un proceso de formación como productores de semilla de papa y en manejo del clima.

Innovación: Se desarrollaron prototipos para compostaje con Hermetia illucens, producción de bioinsumos microbiológicos, y restauración ecológica en corredores cañícolas, integrando enfoques de economía circular y agroecología.

Se aumentó la capacidad instalada de análisis de laboratorio y diagnóstico para atender adecuadamente las demandas del proyecto para el logro de sus objetivos y metas. Los equipos de laboratorio adquiridos —como espectrofotómetros, autoclaves, microscopios tricoulares, incubadoras refrigeradas, densitómetros, agitadores magnéticos y balanzas digitales de precisión— fortalecen la capacidad de análisis en laboratorios asociados al proyecto. Estas herramientas permiten realizar evaluaciones detalladas de suelos, tejidos vegetales y parámetros fisiológicos, así como experimentación microbiológica y molecular. Servicios de secuenciación de ADN, lisímetros y módulos de propagación in vitro complementan esta infraestructura, permitiendo una caracterización precisa de los materiales genéticos y sus respuestas al entorno.

Monitoreo de uso eficiente del agua: Se establecieron esquemas de monitoreo de consumo de agua en 61 parcelas productivas de banano, plátano, papa y ganadería, distribuidas en Magdalena, Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Sucre, Nariño y Arauca. En estas parcelas se evaluaron prácticas convencionales frente a prácticas sostenibles (optimización de riego, cosecha de agua, restauración, manejo de coberturas, rotación de pasturas y acueductos ganaderos), con el fin de comparar el comportamiento hídrico y la eficiencia en el uso del recurso.

Se han incorporado tecnologías para mejorar la sostenibilidad, incluyendo sistemas de potabilización y tratamiento de aguas residuales, paneles solares portátiles y soluciones energéticas renovables. En café, se montó un sistema de captación y reutilización de aguas lluvias para riego agrícola, mientras que en caña se adecuaron viveros con criterios de eficiencia hídrica. Asimismo, se fortalecieron capacidades para monitoreo de fauna y servicios ecosistémicos, con la adquisición de cámaras, termómetros ambientales y densitómetros forestales, promoviendo un enfoque integral del paisaje productivo.

Medición directa de GEI en campo: Se establecieron esquemas de monitoreo de emisiones de gases de efecto invernadero en 66 parcelas productivas en caña de azúcar (Cenicaña, Valle del Cauca), papa (Cundinamarca y Boyacá), arroz (Fedearroz, Tolima), banano y plátano (Magdalena y Antioquia) y sistemas ganaderos (Sucre, Nariño, Córdoba y Arauca), con el fin de evaluar alternativas productivas bajas en emisiones (fertilización orgánica, leguminosas, fertilizantes de liberación lenta, materiales de siembra, SSP con rotación de pasturas). Adicional, se evaluaron emisiones de GEI en ganado bovino suplementado con dietas derivadas del cultivo de maíz.

En total, se instalaron 249 sensores de humedad (Teros 12), 29 pluviómetros (ECRN-100) y 66 dataloggers (ZL6 Basic) para medición en tiempo real de las condiciones de humedad del cultivo en toda la red de parcelas de monitoreo, generando a la vez capacidades en gremios y productores el manejo de tecnologías de diagnóstico agronómico. En la generación de información para la validación del potencial de mitigación de prácticas sostenibles se han instalado cerca de 850 cámaras estáticas cerradas para la captura de GEI por la gestión del suelo las cuales se están adaptan a nuevos protocolos de cuantificación in situ de emisiones de CO2, CH4 y N2O mediante el uso de analizadores portátiles (LI-7810, LI-7820) y un equipo G2508 PICARRO – Analizador de concentración de GEI de alta precisión.

En café, se desarrolló un sistema piloto de cosecha de agua y aprovechamiento en sistemas de riego y un ensayo experimental para la evaluación del potencial uso de residuos de poscosecha como estrategia de fertilización. Estas dos actividades permiten a corto plazo generar evidencia de base científica del potencial de mitigación y adaptación en el sector, y a mediano plazo, la generación de capacidades en técnicos del servicio de extensión al emplear estos sistemas como plataforma de aprendizaje.

Escalamiento de prácticas sostenibles: Durante los primeros nueve meses del proyecto, se han intervenido más de 725 hectáreas con tecnologías sostenibles en sistemas productivos de ganadería, maíz y caña panelera. Estas áreas funcionan como centros de capacitación y laboratorios vivos para el escalamiento de prácticas sostenibles como sistemas silvopastoriles, rotación de pasturas (Uso de energías limpias, mediante cercas eléctricas con energía solar), acueducto ganadero, fertilización adaptada, agricultura de conservación, uso eficiente del agua y restauración ecológica, en diversas condiciones agroclimáticas del país.  En actividades de restauración, se implementaron 50 hectáreas distribuidas en 14 polígonos dentro de los predios de la Hacienda Piedechinche (Ingenio Providencia), con la siembra de 2.578 individuos pertenecientes a 67 especies forestales agrupadas en 8 familias botánicas.

En conjunto, el componente 2 del proyecto ha fortalecido las capacidades de innovación tecnológica en el sector agropecuario, generando insumos críticos para la adaptación al cambio climático y contribuyendo al desarrollo sostenible del campo colombiano.

Componente 3. Modelos de negocio innovadores e inclusivos

Este componente busca fomentar esquemas productivos sostenibles, equitativos e inclusivos mediante el fortalecimiento organizativo, la participación social y la articulación con actores del mercado y el sistema financiero. Se promueven entornos propicios para la adopción de tecnologías climáticamente inteligentes y la construcción de capacidades que garanticen la sostenibilidad económica y social de las innovaciones implementadas.

En el fortalecimiento institucional, seis gremios evaluaron sus capacidades frente al cambio climático y diseñaron planes de acción. De ellos, Fedecafé/Cenicafé, Fedepapa, Fenalce y Fedepanela ya iniciaron su implementación. Estos planes incorporan acciones específicas en extensión digital, capacitación, monitoreo agroclimático y acceso a financiación, entre otros. La evaluación de capacidades institucionales se realizó mediante entrevistas, revisión documental y un modelo basado en literatura especializada. Los resultados permitieron identificar brechas y formular estrategias pertinentes con enfoque territorial. Adicionalmente, se caracterizaron los sistemas de extensión de todos los gremios participantes, generando documentos comparativos para los cultivos de café, banano y arroz. Esto aportó una lectura estructural sobre los retos y oportunidades de la extensión agropecuaria en el contexto del cambio climático.

Se conformó una red de innovación agroclimática con más de 50 actores del sector, estructurada en cinco componentes: gobernanza, capacidades, flujos de información, colaboración y sostenibilidad. Un grupo núcleo de 18 instituciones lidera el proceso, incluyendo gremios, centros de investigación y entidades públicas. Esta red ha avanzado en una hoja de ruta para operar como nodo de articulación entre agendas gremiales, políticas públicas y compromisos climáticos nacionales.

Durante los primeros nueve meses del proyecto, se capacitaron 9.368 productores y 2.537 profesionales mediante 620 eventos formativos. Se establecieron nodos regionales de innovación y redes de transferencia con enfoque agroclimático, generando espacios de aprendizaje colaborativo e intercambio de experiencias. Se impulsó la inclusión activa de mujeres rurales, jóvenes y comunidades étnicas, a través de metodologías de co-creación, estrategias de enfoque diferencial y adaptaciones culturales de tecnologías. Esto ha promovido la apropiación territorial de los procesos y la sostenibilidad social de las intervenciones.

En materia de modelos de negocio, se promovieron esquemas territoriales con servicios asociados (climáticos, digitales, técnicos), mecanismos de trazabilidad y certificación participativa. Se fortalecieron competencias en gestión administrativa, asociatividad, acceso a plataformas digitales y herramientas para decisiones financieras informadas.

Este componente también promueve la alfabetización digital rural. Más de 270 contenidos técnicos fueron producidos y difundidos mediante 2.544 publicaciones multicanal. Campañas como “La Extensionista del Futuro Resiliente” y colaboraciones con “Soy Campesino” lograron un alcance superior a 433.000 cuentas, consolidando una estrategia de comunicación y apropiación digital.

Conclusión

Durante los primeros nueve meses de implementación, el proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible (CAS) ha demostrado una capacidad significativa para articular ciencia, tecnología y acción territorial, sentando bases sólidas para una transformación estructural del sector agropecuario colombiano frente al cambio climático. Los avances alcanzados en agricultura digital, mejoramiento genético, manejo de cultivos, monitoreo ambiental, innovación y fortalecimiento de capacidades institucionales evidencian una ejecución técnica robusta y alineada con los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible del país.

El proyecto ha logrado consolidar una arquitectura operativa que combina el despliegue territorial con plataformas digitales interoperables, permitiendo la generación y uso masivo de datos agroclimáticos y productivos. Esto no solo mejora la toma de decisiones de productores y técnicos, sino que también fortalece la base científica para la formulación de políticas públicas. Asimismo, la articulación con 14 instituciones socias ha facilitado el desarrollo de pilotos tecnológicos, esquemas de extensión adaptativos y estrategias de escalamiento, generando impactos verificables en campo.

Los resultados obtenidos también reflejan un compromiso institucional con la inclusión social, al integrar a mujeres rurales, jóvenes y comunidades étnicas en procesos de co-creación, transferencia de tecnología y apropiación del conocimiento. Este enfoque participativo ha contribuido a la sostenibilidad territorial de las intervenciones y ha fortalecido las capacidades organizativas a nivel local.

Finalmente, el proyecto se posiciona como un referente regional en la implementación de iniciativas climáticamente inteligentes en el agro, con potencial para contribuir a la agenda climática internacional desde una perspectiva de innovación aplicada, inclusión social y fortalecimiento institucional. La experiencia acumulada en estos primeros meses ofrece aprendizajes clave para la consolidación de un modelo replicable y escalable, que impulse una transición agroecológica y resiliente en Colombia y América Latina.